El progreso, la modernización y el desarrollo tecnológico nos han hecho crecer a pasos agigantados, pero también es cierto que la humanidad se enfrenta a problemas que antes nos hubieran sonado completamente absurdos. Tres paradojas con las que se ha enfrentado la humanidad, casi que una en cada siglo.
Siglo XIX – La industria
Nuestra ilusión
Por fin llegó la máquina de vapor. Por fin la producción a nivel masivo e industrial nos hará ricos a todos. Si se aumenta lo suficiente el nivel de producción, habrá en abundancia y no habrá entonces competencia por la posesión.
La pobreza, una barrera que rompió la humanidad.
Nuestra contradicción
Aunque la Revolución Industrial llegó varios años antes, el proceso de industrialización lo vivió Europa principalmente en el siglo XIX y trajo consigo varios factores, como la urbanización de algunas zonas y la introducción de nuevos miembros al mercado laboral, como campesinos, mujeres y niños. Mano de obra muy barata y con una alta competitividad sólo generó un nivel de pobreza urbana mucho mayor. Zonas urbanas, ciudades contaminadas y algunos (pocos) más ricos que antes. ¿En realidad le ganamos a la pobreza?
Siglo XX – La velocidad
Nuestra Ilusión
¡Por fin el vehículo -que aunque inventado por Karl Benz en 1886, fue producido en masa hasta el siglo pasado- y los medios de transporte!. Todos tendremos coche y llegaremos rapidísimo a cualquier lugar. Las distancias YA se acortaron.
La invención del avión por los hermanos Wright en 1903 minimizaron completamente la distancia entre lugares muy lejanos. Ir de América a Europa tomará sólo unas horas y no días o hasta meses. Cada vez viajamos más rápido. Viajaremos cada vez más lejos, incluso al espacio.
La distancia, una barrera que rompió la humanidad.
Nuestra contradicción
Frecuentemente escucho que se rompe la velocidad máxima a la que pueden viajar los coches. El primer vehículo viajaba a menos de 20 km/h y ahora los velocímetros llegan a 200 o más km/h, pero eso no significa que viajemos más rápido, al contrario. Ciertamente para un viaje de larga distancia, como ir en carretera en coche, o un viaje en avión, somos mucho más rápidos, pero eso no significa que las distancias se acortaron.
Según estudios y fuentes oficiales, como SETRAVI, hace 20 años un viaje se hacía en promedio a casi 40 km/h. Hoy, a causa del tráfico, un viaje promedio en coche se realiza a menos de 20 km/h. ¡En 20 años hemos perdido velocidad! aunque los coches tengan la capacidad de ir más rápido, hoy viajamos a la velocidad de los vehículos de hace más de cien años. (Aquí un estudio más formal de IMCO).
Aquí la velocidad promedio de un vehículo en el DF de los últimos 17 años. ¡Ni los segundos pisos nos ayudaron!
- 1990 – 38.5km/h
- 2003 – 28.1km/h
- 2004 – 21 km/h
- 2007 – 17 km/h
Un capitalino promedio está cada vez más tiempo en su coche y además, cada vez la Ciudad es más grande, así que ir de tu casa en Coyoacán a tu trabajo en Santa Fé, cada día, puede representar más de tres horas al día de transporte. Incluso ya acuñamos el término workilometer para hablar de esas personas que pasan más de 3.5 horas cada día para ir y regresar de su casa a su trabajo. ¿en realidad se acortaron las distancias?
Siglo XXI – La sociedad
Nuestra ilusión
Con la invención del internet y su alta disponibilidad, y además con la creación de redes sociales, seguro no habrá nunca problemas de comunicación. Todos estaremos conectados y disponibles para cualquiera que nos busque. La vida social será cada vez mejor, pues la comunicación será cada vez mejor. Tendremos más y mejores amigos.
“Si Facebook fuera un país, sería el tercero más poblado del mundo”. Todos estamos a sólo un click de distancia, así, de seguro todos seremos entes mucho más sociales.
La falta de comunicación, una barrera que rompió la humanidad.
Nuestra contradicción
Ahora, tienes muchos amigos, pero tienes el mismo tiempo que tenías antes (o menos). Divides la misma cantidad de tiempo entre todos tus conocidos -y desconocidos- que tienes en todas tus redes y círculos sociales y por ende, a cada quién le toca menos de tú tiempo. Conversaciones banales por WhatsApp, likes en Facebook y tal vez, algún retweet.
En mi opinión, cada vez formamos más vínculos, pero estos son menos profundos y de menor calidad.
Seguro lo has sufrido, al igual que yo. Ir a una reunión -incluso familiar- y que todos estén en una ciber-reunión. Tweeteando algo, en otra conversación, con otros comentarios, de curiosos en Facebook o enterándose de algún chisme. Estoy convencido que si ven a esas personas con las que tanto se escriben, seguro estarán tweteandose con alguien más.
Pasa además un efecto curioso. Como te enteras con cierta periodicidad de al menos un poco de información de tus cientos de contactos de alguna red social, tienes la impresión de que estás en contacto con ellos. Sabes de su nuevo corte de pelo o de su reciente viaje a Europa, sin embargo, contacto con ellos, jamás.
¿De verdad mejoró nuestra vida social, o cada vez tenemos menos vida social y más cibersociedad? ¿Cuentas el número de retweets y el número de likes de tus interacciones en la red? ¿en realidad se evitó la falta de comunicación?
Comments
Un gran post que hace pensar y mucho sobre los efectos del progreso en nuestra sociedad. ¡Muy bueno!